domingo, 6 de noviembre de 2016

Imagen cientifica de la semana de la #ESA

El espectacular remolino que muestra el cielo de la imagen de la semana resulta fascinante y hasta algo siniestro: Franjas irregulares en distintos tonos de verde se entrelazan con fragmentos de un blanco brillante, creando una abigarrada espiral que podría recordar a una serpiente elevándose por el cielo, mientras se cierne, inquietante, sobre la ciudad dormida.


Pese a su aspecto sobrenatural y casi escalofriante, la imagen muestra algo bastante común en el norte de la Tierra, así como en las latitudes más australes. Los destellos verdes en el cielo no son más que una aurora, que puede verse cuando grandes emisiones de partículas atómicas cargadas escapan del Sol y chocan con la atmósfera de nuestro planeta. Estas partículas van filtrándose mientras atraviesan las distintas capas protectoras que rodean la Tierra, como la magnetosfera —región del espacio dominada por el campo magnético—, e interactúan con las partículas de aire que se encuentran por debajo, en la atmósfera. Así, ciertas partes de la atmósfera brillan de forma inquietante, cubriendo nuestros cielos con unos fantasmagóricos halos y luminiscencias de color.
Las auroras también se conocen como ‘luces septentrionales’ (aurora boreal), pero lo cierto es que se producen igualmente en el hemisferio sur (aurora austral). Los mejores lugares para verlas incluyen Australia, Nueva Zelanda, la Antártida y Sudamérica, en el sur. En el hemisferio norte, podemos disfrutar de ellas en Canadá, Alaska, Escandinavia e Islandia.
Su efecto solo puede apreciarse en latitudes polares o cercanas a estas regiones, ya que las partículas cargadas viajan hacia la Tierra a lo largo de las líneas del campo magnético que se encuentran en los polos.
Las auroras son la manifestación más claramente visible del efecto del Sol en nuestro planeta. Desde 2000, el cuarteto de satélites Cluster de la ESA investiga la compleja conexión Sol-Tierra, desentrañando el misterio de cómo y por qué se forman las auroras.
Esta imagen muestra una ciudad del sur de Islandia llamada Selfoss, a orillas del río Ölfusá (visible en primer plano). Fue capturada por el fotógrafo Davide Necchi el 27 de agosto de 2015. Esta aurora en concreto se debía a una tormenta solar, que proyectó hacia nuestra atmósfera un torrente de partículas enorme y repentino. Así, sus destellos resultaron extraordinariamente intensos y brillantes, apareciendo en el cielo al atardecer, antes de que estuviera completamente oscuro. De hecho, esta aurora fue tan brillante que Davide optó por un tiempo de exposición relativamente corto, de 3 segundos, consciente de que si lo prolongaba demasiado, las partes mas brillantes de la imagen podrían quemarse o aparecer completamente blancas, por lo que se perderían los detalles.
Necchi empleó una cámara Canon 5D Mark II con un objetivo 14 mm f2.8. La imagen presenta un valor ISO de 1.600 y no se le ha aplicado ningún filtro. En la imagen también aparece una brillante luna llena por detrás de una capa de nubes.

Fuente: ESA

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